Hoy, como todos los días, he llevado a mi hija a la guardería. La música de “Tito”, personaje de su libro de texto, sonando en el coche y un mami, no quero ir a la school intercalado entre las estrofas infantiles. Todo ha ido bien. El pis ritual antes de entrar en la clase para retrasar la marcha de mamá, un empujoncito y pa’ dentro, a estudiá. ¡Como me repitas el curso en la guarde...!
A la vuelta venía pensando en que ha pasado muuuucho tiempo desde mi última clase de pilates. Hace un frío que amodorra, un frío que invita a colgar el cartel de “Cerrado por pereza”. La clase de hoy está en peligro. Enciendo la radio pero oigo sin escuchar.... algo sobre Obama (el negro, digooo... el bueno); que si su novio lo ha querido secuestrar, pero que Falete no sabía nada y que han pospuesto las elecciones, o su boda, no sé...
Entre tanta noticia importante, un privilegio a esas horas de la mañana: una vieja canción cantada con voz distinta. Miguel Ríos y la “Princesa” de Sabina.
...Con tu sucia camisa y, en lugar de sonrisa,una especie de mueca...
Hago un esfuerzo por contener la gran tumultuosidad de sentimientos que evoca la canción. Sabina es uno de mis poetas favoritos. El que mejor invita a disfrutar de placeres deshonestos. Nadie como él ha sabido cantar y fabular tan dignamente sobre la vida de un cualquiera. (Bueno, hay alguien más. Pero de Montero González les hablo otro día).
... Cuando eras la princesa de la boca de fresa, cuando tenías aún esa forma de hacerme daño....
Miguel Ríos es más un recuerdo adquirido por admiración a una persona de mi infancia y adolescencia. La voz de Miguel Ríos le da otro aire a la letra, quizá más optimista. No parece cantada desde lo más profundo de un hígado pero aún así, no creo que defraude las expectativas de nadie. Se podrán imaginar que este cóctel despierta a cualquiera de aquellos a los que nos cuesta arrancar en frío.
...Ya no te tengo miedo nena, pero no puedo seguirte en tu viaje. Cúantas veces hubiera dado la vida entera porque tú me pidieras llevarte el equipaje...
Para poder disfrutar de la canción, he dado una vuelta más en coche, a la vez que mis recuerdos también salían a pasear por mi memoria. Comprenderán con qué renovadas energías encaro el nuevo día. Hoy no se me resiste nada ni nadie. Prepárate Pilates que voy p’allá...
La belleza es un estado de ánimo... y hoy os veo guapísimos a todos. :)